Después de 5 años haciendo música, la banda sube y los gritos se elevan en un son de éxtasis y nerviosismo.
El asfalto mantiene algunos charcos del día anterior, y el grisáceo del cielo anuncia la lluvia venidera, mientras afuera del Lunario del Auditorio Nacional la fila es larga, y los asistentes comienzan a exasperarse, esperando que den acceso.
A las 18:00 hrs las puertas se abrieron, y los tickets en mano pasaban por el escáner, mientras algunos corazones latían con fuerza y viveza esperando ver a The Guadaloops; después de tres discos y la última gira “Dos heridas”, la banda presentó su nuevo material titulado La Viuda, con un show, que no solo fue increíble, sino especial y muy intimo.
La fiesta la comenzó DJ Karim, quien prendió a todo con sus mezclas para dar paso a la banda de tijuanense Entre Desiertos, quienes se han ido abriendo paso en los dos últimos años, en la escena indie mexicana; la banda tocó aproximadamente 35 minutos, los cuales fueron más que suficientes para que los cinco integrantes dejaran a los asistentes con ganas de más.
Los minutos transcurren entre el abrumador y bochornoso barullo, con comentarios amenos y risas traslucidas; una vez más las luces se apagan y esta vez los gritos son ensordecedores, hay empujones y brincos, las luces cesaron, y los gritos resurgieron, “¡Guadaloops! ¡Guadaloops! Se escuchaba un grito masivo, las pantallas de los costados desparecieron, y entre luces amarillas y naranjas llega la banda tan esperada de la noche, y Meta – crush comenzó a sonar. Las manos del público se alargaban hacia el escenario mientras Tino y Fermín cantaban.
Despues de 7 canciones, las pantallas bajaron para mostrarnos un video del proceso de La Viuda, donde pudimos apreciar imágenes del estudio y departamento de Fermín, hasta la presentación del Lunario. Al finalizar la banda regreso al escenario con Todd Clouse (guitarrista de A Love Electric) para continuar con el show; en esta segunda parte las canciones que sonaron fueron las que conforman “La Viuda”.
Una vez más la oscuridad permeo el lugar y las imágenes aparecieron en las pantallas, esta vez mostrando el surgimiento de The Guadaloops, así como la integración de Tino al proyecto; Almanueva fue la canción que dio inicio a la tercera y ultima parte del show. Las canciones continuaron su curso, y mientras se acercaba el final, los asistentes parecían más vivos que nunca, los primeros acordes de Dos Heridas comenzaron y con ellos subió Marcol.
La banda se despidió con Nunca Es Tarde y un recuerdo de Tino, diciendo que justo el 20 de julio pero de 5 años atrás había comenzado todo. La canción fue cantada y coreada por todos, para dar fin a un show bellísimo.