Es viernes por fin. Otra semana en el “trabajo de mis sueños” ha llegado a su fin; sobreviví una vez más a un martes 13, mi cumpleaños y la quincena. Frente a mi computador enfrento una vez más a uno de mis peores enemigos, la página en blanco, y es que llevo días tratando de abordar el tema de forma adecuada sin conseguirlo.
La verdad es que los inicios siempre me han costado; se presentan ante mí como mounstros que salen debajo de la cama y me atormentan como hace años lo hacían los truenos en las noches de tormenta. Sin embargo, ha llegado el momento, no lo postergaré más; me coloco los audífonos, le doy play al disco y ese primer shuffle en 12/8 me sorprende.
“Una artista en toda la extensión de la palabra, así es Tessa Ia” publicó Revista Kuadro en ““De niña no quería ser astronauta, quería ser estrella de rock”: Tessa Ia”, y vaya que lo es, pues más allá de haber sido protagonista de varios filmes – destacando Después de Lucía y Camino a Marte- en Correspondencia su primer material discográfico, que escucho en la oficina, a través de diez canciones (nueve de su autoría) mediante metáforas que se centran en sus vivencias, Tessa nos hace una invitación a conocerla, adentrarnos en su mundo, acompañarla en esta aventura musical y sobre todo, conocer a esas personas que en forma de canciones conforman el disco.
“Las escribí todas en un punto de la vida en que brincaba de persona en persona buscando un poquito de amor, un poquito de correspondencia” señaló en una entrevista para Cat Rock TV el año pasado Tessa Ia González Norvind, quien se presentará el próximo viernes 23 de marzo en el foro Indie Rocks con motivo del cierre de su gira Correspondencia.
En su disco que escucho por tercera vez consecutiva –ya sé, soy lento escribiendo- no sólo nos relata sus vivencias, sino relata las mías, las de muchos -“Una vez que Tessa me visitaba en Nueva York, cruzando la alta noche sobre el puente entre Queens y Brooklyn, me preguntó si podía cantarme una de sus canciones nuevas […] Suspendidas sobre un río que yacía tan atento como yo, me descubrí inmersa en llanto. La letra (que es lo que más me gusta de sus composiciones y ella lo sabe) de esa canción me hablaba directamente del amor que yo sentía por alguien que recientemente había fallecido…” escribió Naian González Norvind en el artículo “31 mujeres que amamos” de la revista Quien- logrando lo que los artistas desean, que el público conecte a un nivel más personal, pero que pocos logran.