El día de ayer 22 de febrero, fui al concierto de Tere Estrada a celebrar sus 30 años de trayectoria.
He de confesar que fui sin conocerla a ella o a su música. Llegue al Teatro de la Ciudad, sede del evento y había muy poco movimiento. Entré al lugar y me sorprendió ver tan poca gente. Y la mayoría de ellos eran personas mayores.
Se hizo la tercera llamada, se apagaron las luces y Tere salió al escenario acompañada de su banda.
El sonido del saxofón y el bajo eléctrico me atrapo en seguida. Sus canciones me parecieron muy peculiares; por lo que me pude percatar en un primer momento es que lo que ella busca, es dar un mensaje de que la mujer puede ser tan libre, tan fuerte y tan independiente como ella quiera.
Después de varias canciones y de que ella nos platicara un poco de sus proyectos y trayectoria me encontré con que Tere es una bohemia empedernida, es escritora y compositora que entrega el alma en el escenario.
Desde mi asiento pude ver como varias personas cerraban los ojos y se dejaban llevar por la música y las letras. De hecho el señor que estaba a un lado de mi bailaba y cantaba tan emocionado que me contagio su energía.
Al ritmo de blues, jazz, rock y soul nos llevó a un largo viajes a través de su repertorio con canciones como “Oye chava”, “Viaje al centro de tu ser”, “La Sufricienta” y “Arenas movedizas”.
A la vez que nos deleitó con un exquisito homenaje; “Compositoras de México”, un viaje por la lírica y la música de las compositoras mexicanas en 100 años de historia. En el cual colaboraron varias compositoras y cantantes.
Tere Estrada, una compositora con la capacidad de hablar de cualquier tema, de colocar la música adecuada y hacer que tres horas de viaje de mi casa al teatro hayan valido la pena.